Categorizar, ¿Una cuestión de simplificar ideas o un mecanismo de control?
Al comenzar a estudiar el tema de cuerpos, sexos, géneros y sexualidades, observé que el ser humano siempre tiende a agrupar términos y a categorizar las ideas similares, pero ¿por qué? ¿Se trata de facilitar la compresión de aquello que es “abstracto” o es algo inculcado que permite controlarnos y agruparnos?
A medida que se avanzaba en el contenido del tema, más dudas me asaltaban. Quería saber ¿Por qué se ve enfermizo aquello que sale de las nomas establecidas? ¿Por qué se trata, o mejor dicho, se tacha de desviados a aquellas personas que no cumplen los roles asignados culturalmente a su sexo?, y algo que me interesaba profundamente era cómo se podía ver esta relación entre sexo, genero, y sexualidades en otras culturas o en mi propio sistema cultural actualmente.
Pero para poder resolver todas estas cuestiones e indagar en el tema, es necesario, en primer lugar definir algunos conceptos básicos que nos permitirán entender mejor las relaciones que se establecen y, el tema en general. Definimos el cuerpo como una entidad multidimensional, que no es solo biológico sino también cultural ya que dependiendo de la cultura, el cuerpo se concibe de manera diferente. “El género se refiere a los conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad considera apropiados para los hombres y las mujeres. Las diferentes funciones y comportamientos pueden generar desigualdades de género, es decir, diferencias entre los hombres y las mujeres que favorecen sistemáticamente a uno de los dos grupos” ( http://www.who.int/topics/gender/es / ). Otro de los conceptos a definir sería el sexo, Según la OMS el sexo se refiere a las características biológicas que definen a los seres humanos como hombre o mujer. Si bien estos conjuntos de características biológicas no son mutuamente excluyentes, ya que hay individuos que poseen ambos, tienden a diferenciar a los humanos como hombres y mujeres. Por último la sexualidad se explica como un aspecto central del ser humano a lo largo de la vida y abarca el sexo, las identidades y roles de género, orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. La sexualidad se experimenta y se expresa en pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, roles y relaciones. Si bien la sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no todas ellas son siempre experimentadas o expresadas. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales. (http://sexosaludyenfermeria.blogspot.com.es/p/definiciones-de-la-oms_22.html).
Valcuende (2004), explica cómo desde los antiguos mitos, tenemos un presupuesto del sentido común legitimado por la religión, que nos muestra la existencia única de dos cuerpos y dos sexos que se corresponden con aquello que definimos como hombre y mujer. Pero sabemos que esto no es así, es decir, además de lo que entendemos culturalmente por hombre y mujer, existen personas que muestran simultáneamente características femeninas y masculinas, en grado variable y no por ello están enfermos; es el caso de los hermafroditas o intersexo. De hecho hasta 1820 (que se descubrió el óvulo) se creía en la existencia de un único sexo con diferentes variantes por lo que las personas hermafroditas no estaban excluidas del ámbito de la normalidad. A partir de entonces se atribuyeron una serie de roles a hombres y mujeres que legitimaban las diferencias entre sexos además, con la dicotomía (hombre/mujer), se establecía una relación que ligaba sexo, género, orientación/prácticas sexuales (Viñuales, 2008).
Por otro lado, la medicina proporcionó las bases científicas del discurso homófobo y patologizó las experiencias sexuales diferentes a la heterosexual. Por lo que podemos decir que “la cultura condiciona nuestra forma de sentir, de pensar y también modela nuestro cuerpo” Comportarse como “hombre” o “mujer” es algo aprendido y que varía según la cultura. Esto es definido con roles de género, es decir; “el conjunto de expectativas sociales que definen como deben comportarse los miembros de cada sexo” (Viñuales, 2008:7).Un ejemplo sería Los Chambuli en la que se da una desigualdad de roles al igual que en nuestra cultura pero invertido, es decir, el hombre cumple un papel dependiente y sometido mientras que es la mujer la dominante, la que ordena con una actitud más fría.
Desde la lógica sexual las mujeres y los hombres que no reproduzcan determinados modelos sobre la feminidad o la masculinidad serían considerados como menos hombres o menos mujeres, al igual que las prácticas sexuales que no se ajusten al modelo heterosexual dominante son consideradas como desviaciones (Valcuende, 2004:13). Esto consolida categorías que si son excluyentes y que fortalecen el modelo dominante con la intención de asegurar la continuidad de la especie sin “amenazas”. Es cierto, que en la actualidad muchísimas personas toman la homosexualidad como algo normal, simplemente una orientación sexual diferente a la de la mayoría de personas pero otros sectores de la sociedad más retrógrados aun la califican como inmoral y la tachan de patología “llamado así, enfermos a los homosexuales”. ¿Dónde está la enfermedad en los homosexuales? Viñuales (2008) define la homosexualidad como “Personas que se sienten identificadas con el género asignado a su anatomía pero, al margen de las prácticas sexuales preferentes, desean y aman a los individuos de su mismo sexo”.
Para terminar me gustaría comentar el tema de las múltiples combinaciones. Al comenzar he dicho que los conceptos que acabamos de ver, hasta ahora los hemos relacionado entre ellos, solo con una única combinación. Por ejemplo: Se nace con un sexo masculino (hombre), tenías que actuar con unos roles de género masculinos (es decir comportarte como un hombre), tener una identidad de género masculino (es decir, sentirte hombre), tener una orientación afectiva-sexual heterosexual (solo te podías enamorar de mujeres), y mantener prácticas sexuales también heterosexuales (es decir, con el sexo contrario, en este caso: una mujer).
Ahora sabemos que estos conceptos pueden responder a múltiples combinaciones y que no hay una mejor que otra. Por ejemplo: Si naces con sexo femenino (mujer), puedes actuar con unos roles de género masculino, tener una identidad de género femenina (sentirte mujer), tener una orientación afectiva-sexual homosexual (enamorarte de una mujer), y mantener prácticas sexuales tanto con hombres como con mujeres, y así podríamos ir haciendo múltiples combinaciones.
Con todo el material que ya hemos visto y ha sido utilizado a lo largo del ensayo, podemos concluir contestado a la pregunta que se lanzaba al comienzo; ¿por qué categorizamos? ¿Se trata de facilitar la compresión de aquello que es “abstracto” o es algo inculcado que permite controlarnos/agruparnos?
Está claro que todas las categorías que utilizamos para agrupar son culturales ya que se fueran innatas del ser humano todos los sistemas culturales tendrían las mismas y sin embargo esto no es así. Hacer diferentes grupos en cajones estancos permite hacer diferenciaciones y así, legitimar el control de ciertos grupos sobre otros justificando así el machismo, por ejemplo. Todo esto nos ha sido inculcado casi de manera inconsciente a través de los mitos, de la religión y por supuesto mediante los mecanismos de poder.
Bibliografía utilizada
VALCUENDE DEL RÍO, J.M. (2004): CUERPOS, GENEROS Y SEXUALIDADES: REPRESETACIOES Y PRÁCTICAS SOCIALES. R. Crítica Jurídica 23. Revista Latinoamericana de Política, Filosofía y Derecho. Brasil-México-España. Ed. U(IBRASIL
VIÑUALES SARASA, Olga: “LA CADENA SIMBÓLICA. RELACIÓN ENTRE SEXO, GÉNERO, PRÁCTICAS SEXUALES Y ORIENTACIÓN SEXUAL” en api.ning.com/.../OlgaViualesCADENASIMBLICAUimp2008.pdf
OMS. http://www.who.int/topics/gender/es/. Consultado (20/03/2014).
OMS. http://sexosaludyenfermeria.blogspot.com.es/p/definiciones-de-la-oms_22.html. Consultado (20/03/2014)
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